La empresa de investigación de mercados Ipsos lanzó su más reciente informe “Claves Ipsos”, que encuesta cada mes a 800 personas sobre temas de sociales y políticos de interés nacional.
En esta oportunidad se abordó el problema de la inseguridad pública en el país. Además, se agregó una sección especial donde se encuestó a 600 mujeres sobre sus vivencias relacionadas con la inseguridad y las violencias.
Según el estudio, las mujeres en Chile consideran los espacios públicos como inseguros y un 90 por ciento de las encuestadas se siente siempre o casi siempre insegura cuando camina de noche a su casa, 78 por ciento en el transporte público, 77 por ciento cuando sale de su casa al trabajo, estudio u otra actividad y 74 por ciento en eventos o lugares como bares, discotecas o conciertos.
La inseguridad en espacios públicos ha traído consecuencias y cambios de comportamiento para las mujeres, lo que también ha aumentado desde la medición del 2020, pasando en cuatro años de un 80 por ciento a un 91 por ciento de mujeres que han tomado medidas.
Hoy, 58 por ciento de las mujeres ha dejado de salir, viajar o conducir solas (21 puntos más que hace 4 años), 41 por ciento dejó de usar ropa que pueda considerarse provocativa (+14), 39 por ciento evita tomar aplicaciones de transporte por miedo a viajar con desconocidos (+19) y 26 por ciento porta aparatos de defensa personal como spray pimienta (cifra que alcanzaba sólo a 11 por ciento 4 años atrás).
Por otra parte, 57% de las mujeres encuestadas dijo haber sufrido violencia física o psicológica, cifra estadísticamente similar al 55% registrado en el 2020. Sin embargo, el porcentaje de mujeres que procedieron a la denuncia aumentó en 8 puntos, desde 29% a 37%.
“El problema de la inseguridad pública está generando importantes consecuencias para las mujeres, limitándolas, transformando sus vidas y disminuyendo sus espacios de interacción con otras personas”, comenta Alejandra Ojeda, Gerenta de Estudios Públicos de Ipsos Chile. “No poder trasladarse solas, tener que moverse acompañadas o sentirse inseguras en lugares de esparcimiento perjudica a su libertad de acción y puede traer consecuencias dañinas en la salud mental a largo plazo. La inseguridad es un problema para todos, pero tiene perspectiva de género en sus consecuencias”, agregó.
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